LA NOCHE

a las dos cuarenta y ocho de la madrugada
cuando los gatos iluminan su mirada más canalla
a diciembre
cuando las estrellas se esconden para soñar

en un piso mil
en una noche mil
afuera hace frio
afuera hace madrugada

tú leyendo a stephen king
yo manchando una partitura
una copa llena a tu lado
una copa vacía en mi mesa

sobra un sofá de segunda mano
falta un gato de tercera mano
falta un mundo que nadie quiere
sobra un mundo que nadie quiere